18 de julio de 2019

Historias de mujeres: Pensar un mundo distinto

Al activismo se llega por muchos caminos, pero siempre se parte por tomar consciencia. El camino de Vianeth Rojas empezó a los 24 años, cuando estudiaba la licenciatura en Ciencias Políticas. Aunque nació y ha vivido toda su vida en Puebla, fue en Francia, durante un intercambio académico en una universidad de larga tradición de lucha estudiantil, donde comprendió lo que puede lograr la organización social. “Al regresar de Francia me empecé a dar cuenta de la realidad de mi estado, de mi ciudad, y me di cuenta de que había estado viviendo en una burbuja”.

“Al acercarme a las feministas poblanas me di cuenta de que tenían la edad de mi mamá, entonces dije ¿dónde estamos las jóvenes? No había. Y fue así como con otra compañera que también llevaba un tiempo trabajando el tema de derechos LGBT empezamos a trabajar con la Red por los de Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddser) en la formación de un grupo de feministas jóvenes. Teníamos que hacer algo para que no pasara otra vez lo que nos pasó a nosotras… ese vacío generacional”.

A su regreso empezó a colaborar con un grupo de amigos en una asociación civil por los derechos de la comunidad LGBT. “Me gustaba mucho el trabajo que hacíamos, pero no me sentía tan identificada, la mayoría eran hombres y yo tenía la inquietud de hacer algo con las mujeres porque me daba cuenta de que algo estaba faltando”. Fue entonces cuando Puebla, como muchos otros estados, reformó su constitución para proteger la vida desde el momento de la concepción. A pesar de ser una reforma que afectaba seriamente los derechos reproductivos de las mujeres, Vianeth se encontró con que no había un movimiento de mujeres listo para oponer resistencia. Así pues, el camino quedó muy claro: primero había que formarse, y después replicar el proceso con otras mujeres.

La tarea no era sencilla.

Actualmente, el trabajo de Vianeth está enfocado en promover la aplicación real de las excluyentes de responsabilidad del aborto en el estado, ampliar las causales existentes para incluir el aborto por afectación a la salud integral de la mujer, y también contribuir a que la población se familiarice con esta información, pues como explica, “muchas mujeres no saben que el aborto es un derecho y que hay circunstancias bajo las que es legal en Puebla.” Para fortalecer su trabajo Vianeth participa en el programa Construcción de capacidades para la incidencia a favor de los derechos de las mujeres en México –financiado por la Comisión Europea y operado colaborativamente por Semillas y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.

“Necesitábamos una organización donde nosotras decidiéramos la agenda, que pudiera responder a las particularidades del estado, así fue como decidimos formar el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr), con la idea clara de que nosotras somos las que sabemos cómo está la cuestión política en Puebla”.

Con la reforma en puerta, también era inminente poner manos a la obra. En su proceso de formación con Ddser, Vianeth aprendió la importancia de desarrollar acciones de incidencia política, pero detectó que las agendas impulsadas por las redes nacionales suelen dejar de lado las especificidades locales. Era necesario impulsar un feminismo con tono poblano, capaz de atajar los temas de derechos reproductivos que estaban siendo afectados con la reforma constitucional y, específicamente, el aborto.

Este año, el Observatorio cumple 5 años de trabajo. “Nuestro primer proyecto fue con Semillas, que nos apoyó para constituirnos legalmente”, recuerda Vianeth. El Odesyr ha tenido logros importantísimos, como incidir en el cambio del tipo penal de feminicidio, lograr que se reconociera la violencia obstétrica en la constitución del estado, y conseguir que se creara una ley contra la discriminación en Puebla. Como Vianeth ha estado presente de primera mano en esta lucha, hoy en día es reconocida como una experta en materia de derechos sexuales y reproductivos. Pero también hay otras victorias que han sido más satisfactorias, aquellas que la motivan a pensar un mundo diferente: “ver el cambio que se va dando en cada mujer, ver –y eso es un poco lo que me pasó a mí– cómo se te va abriendo el panorama de la realidad y de tus derechos. Tener información y tener la certeza de que con esa información tú puedes exigir tus derechos, puedes hacer ciudadanía. Eso es lo más lindo de esto, y que hay un compromiso de todas para replicarlo con otras mujeres.”

El ILSB es una organización apartidista que cree en la pluralidad y participación ciudadana como ejes fundamentales de la democracia y no participa ni interviene, directa o indirectamente, en campañas a favor o en contra de ningún partido político o candidatas/os para cargos públicos.