Utopías posibles: feminismos, derechos humanos y movimientos ante la coyuntura política

by | May 2, 2024

2 de mayo de 2024.- Tras años complejos para la organización de la sociedad civil, llenos de confrontación y cierre del espacio cívico, desde el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir creamos “Utopías posibles”, un espacio para imaginar colectivamente los destinos de justicia social y de género que queremos construir y los cambios que podríamos tomar para llegar a ellos. Con la participación de 24 organizaciones de la sociedad civil, feministas y defensoras de derechos humanos, en este espacio de diálogo reflexionamos sobre la coyuntura política, los impactos que ha tenido el cierre del espacio cívico en nuestra capacidad de articularnos y el rumbo de la sociedad civil y de los movimientos aliados.

 

“Utopías posibles” se desarrolló a lo largo de abril y mayo, con sesiones en las que abordamos los temas que nos parecen urgentes en la política nacional: democracia, economía, ecología y seguridad. De la mano de especialistas, analizamos las tendencias regionales y nacionales, así como los debates contemporáneos, identificamos los problemas prioritarios e hicimos un ejercicio de autocrítica respecto a lo que podemos mejorar como organizaciones y movimientos. 

 

En la primera sesión “Feminismos, derechos humanos e izquierdas ante la crisis de la democracia” hablamos sobre cómo las democracias y los gobiernos de izquierda en América Latina no han logrado verdaderamente los cometidos de redistribución de las riquezas y la justicia social en la región, algo que con los últimos ciclos políticos nos ha llevado a la crisis de la credibilidad del sistema democrático que es capitalizada por grupos de derecha y ultraderecha. Escuchamos el diagnóstico de expertas e imaginamos la utopía que buscamos alcanzar hacia 2035, así como las posibilidades de articulación y acciones en el corto plazo. 

 

Durante la segunda sesión “Economía feminista para pensar la desigualdad social” dialogamos sobre  los feminismos y su insistencia en poner la vida en el centro como un principio de la economía feminista que busca emanciparse del conflicto capital – vida, un conflicto que pone los beneficios de los mercados por encima del sostenimiento cotidiano de la diversidad de las vidas y los territorios desde la justicia y la equidad. Abordando también el tema de cuidados y la forma en la que se organizan socialmente todas las tareas que permiten sostener la vida, así como el sistema (re)productivo desde una mirada feminista y de justicia social que pone a las comunidades más vulnerables en el centro de la economía y de nuestro accionar.

 

La tercera sesión “Justicia climática, territorios y feminismos: emergencias climáticas del presente” tuvo como objetivo analizar el contexto de crisis ecosocial que se vive en la actualidad y que se evidencia con catástrofes climáticas, la sobreexplotación de la tierra y el extractivismo que destruyen los ecosistemas en los territorios. Sumado a ello, reflexionamos sobre el proyecto de desarrollo nacional basado, entre otras cuestiones, en megaproyectos que no toman en cuenta los daños ambientales ocasionados en el nombre del crecimiento económico y que, además, en muchos casos, tampoco generan bienestar para las poblaciones donde se instalan. Ante esta situación muchas comunidades se han organizado para enfrentar los procesos de desposesión y extractivismo proponiendo otras formas comunitarias de gestión de la vida y el territorio.

 

En la cuarta sesión “Miedo, inseguridad, violencias y economías criminales: cómo pensarlo desde los feminismos, los derechos humanos y los movimientos de izquierda”, dialogamos sobre la crisis de inseguridad y violencias en México que se ha agravado desde 2008, cuando inició la llamada ‘Guerra contra el narco’. La extensión y diversificación de las actividades de las economías criminales por todo el territorio agravan las desapariciones, los homicidios, feminicidios y transfeminicidios. Desde el gobierno se ha optado por la estrategia de militarizar la seguridad pública como principal forma de enfrentar este tipo de actores y economías. Sin embargo, como han demostrado numerosas investigaciones y datos públicos, esta estrategia no sólo no ha sido eficaz sino que ha incrementado las violencias contra mujeres, disidencias sexogenéricas y juventudes. 

 

“Utopías posibles “ fue el punto de partida y confiamos en que las propuestas de articulación y acción colectiva surgidas en ese espacio, se materialicen muy pronto.

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